La pandemia nos pilló de improvisto y nos pusimos a teletrabajar. Este cambio, mejor o peor recibido, supuso una revolución para todas esas ocupaciones digitales que realmente sólo necesitan un ordenador y un empleado para poder ser llevados a cabo. Dos años después, las empresas han buscado volver a la vida pre-covid en lo que a trabajo presencial requiere. Sin embargo, la resistencia es muy alta. Si eres una de esos trabajadores, hoy te contamos organizar tu espacio de trabajo en casa.
Son muchas las personas que no están dispuestas a renunciar a la comodidad y los privilegios del teletrabajo, otras prefieren el contacto y las dinámicas del cara a cara en la oficina. Pero no es tan fácil, la realidad es que por cuestiones de espacio u orden, no todo el mundo puede permitirse trabajar en casa.
Por la rapidez del asunto, muchos acabaron trabajando de una manera inadecuada. Esto es, ponerse en la mesa alta de la cocina, en la del comedor, o mismamente sentado en el sofá. A priori podría parecer algo placentero. Pero estar entre 4 y 8 horas manteniendo la misma postura en un asiento inadecuado, pasa factura. No sólo eso, al no contar con un escritorio y espacio adecuado, el caos se arremolina a nuestro alrededor convirtiendo el trabajar en una actividad innecesariamente estresante.
Empecemos bien. ¿Tienes un espacio adecuado para trabajar?
Si te hacemos la pregunta: “¿Tienes un espacio adecuado para trabajar?” a tu mente… ¿Qué respuesta viene? ¿Sí, no? Si todavía no lo tienes claro responde este breve test.
No tienes un espacio adecuado para trabajar si…
- No tienes un espacio para ti y sólo para ti
- No te sientas en una silla ergonómica
- No es un lugar fijo, te pones dónde te apetezca o te sea posible
- No puedes poner nada más en la mesa más que el teclado y pantalla o el portátil
- El portátil o la pantalla no están a la altura de tus ojos
- La silla es muy alta, muy baja o el respaldo está muy relajado
- No tiene ninguna fuente de iluminación
- Está muy cerca de la cocina, el baño, la basura o cualquier fuente fuerte de olores y distracciones
Casi seguro que has marcado en tu imaginación alguna de estas respuestas como positivas porque coinciden con tu situación. No te preocupes, es difícil tener un espacio 100% óptimo. Es algo que mejorar a largo plazo, poco a poco conseguirás tenerlo. Y cuando lo tengas, enhorabuena, ahora tendrás que vigilar algo más para que no se eche a perder: el orden.
¿Cómo organizar tu espacio de trabajo en casa?
Visualiza esta imagen: la mesa llena de artilugios, bolígrafos, el plato de ayer, un trapo, ropa en la silla… No es más que el caos producido por la combinación de la vida diaria y el trabajo en casa. Son muchas horas en el mismo sitio, mientras comemos, y hacemos algo más que trabajar. Es completamente normal que seamos multifunción mientras asistimos a la última reunión del equipo.
Dada la calidad de esta combinación a veces desastrosa, conviene ir realizando una serie de pautas para controlarla.
Identifica bien tu espacio de trabajo
Ya lo hemos mencionado antes pero insistimos. Tu espacio debe ser siempre el mismo, idealmente no lo usará nadie más, y será sólo para trabajar. Esto tiene tres consecuencias directas: Tus herramientas para trabajar estarán siempre dónde deben, sin tener que ir a buscarlas; no encontrarás cosas de los demás en tu lugar, ni tu ordenador tendrá un virus o impertinencia de última hora; y cuando termines de trabajar dejarás tu escritorio para ponerte a descansar.
La importancia de estas claves es un concepto que suele olvidarse con frecuencia, se trata de la desconexión. Si trabajas en cualquier sitio de tu casa y cuando termines no hay un límite que lo diferencie, ¿has terminado de trabajar realmente? La ausencia de límites tienen impacto sobre la salud mental, trata de imponerlos en la medida de lo posible.
Almacenaje para organizar tu espacio de trabajo en casa
Si tenemos muchos objetos rondando por la mesa, no hay otra, necesitamos sitios dónde meterlo todo. El método para conseguir un poco de orden pasa por establecer una jerarquía constante. Divide tus útiles entre lo que necesitas usar ahora, lo que necesitarás en el futuro y lo que ya no necesitas.
Guarda estas cosas siguiendo una regla de proximidad: lo que necesitas ahora debe estar en la misma mesa, de fácil acceso, lo segundo en un cajón a buen resguardo y lo tercero, que ya no necesitas, puedes desecharlo o almacenarlo en archivadores o cajas etiquetadas.
Tus amigos para realizar esta labor son los materiales de organización de oficina: Lapiceros, cajones, cajas organizadores, cajas transparentes… Existen opciones de todo tipo que te facilitarán el mantenimiento del orden.
Consigue la iluminación adecuada
Al trabajar, idealmente, debes contar con una iluminación adecuada para poder llevar a cabo tus tareas sin forzar la vista. Si nuestro espacio de trabajo está situado junto a la ventana, esto resuelve la situación casi por completo. También pueden darse otras situaciones, como la reducción de la luz por estaciones, no disponer de una ventana cercana o trabajar directamente en horario nocturno. En cualquier caso, esto hace necesario el uso de dos fuentes de iluminación: una luz de ambiente y otra de tarea.
La luz de ambiente, puede estar en el techo, sobre el suelo o en la pared. Su función es iluminar la estancia de una manera general. La de tarea, nos ayuda a concentrarnos en una acción concreta, como puede ser escribir o mirar la pantalla. Típicamente, esta será una lámpara de mesa diseñada para este mismo uso. Puede ser flexible y con cabezal rotatorio para moverla en cuestión de tus necesidades.
En cualquier caso, asegúrate de que tu espacio de trabajo sea relajante, cómodo, funcional y bien iluminado, no dudes de añadir unas plantas y un toque de decoración para hacerlo definitivamente tuyo.